HOJAS DE OTOÑO






En el cielo recaen,
describen un cierto tintineo,
de su color amarillo sepia tomas,
reviertes tus troncos acogedores.

Hilvanas sensaciones de una nueva época.
Los paseantes olvidaron los viejos frutos.

En lo hondo de tu ser, la naturaleza se adormece,
con vaivenes que se fueron,
fueron para el hombre asombrado.

Tomas de la mano a la lluvia y al viento,
creando un insólito binomio.

Cada cual recoge  sus prisas cotidianas, 
tanto en la ciudad como en el campo,
en el preciso momento en que tus campos se desnudan.

Desde lo profundo de tu inquieto interior, 
revuelves un alma sobria,
volcada en su propio anhelo. 

 Vecinos de las montañas y los bosques,
danzas singulares de espíritus lejanos,
que juntan sus manos, 
para hacer una alabanza de belleza.

Razones primeras para derramar el alma licuada,
licores de certezas nunca desveladas.

Ritos de concordia, reuniones alrededor de tu tronco.
Baile de amores tardíos.







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