La hormiga


La hormiga que sube y que baja,
recoge el grano con sudor.
Remite a su casa saliente.
Invierte sus sonidos en un sordo eco.
Todo tiembla a su paso.
Camina lentamente,
guiada por la necesidad de subir.
De colocar sus patas en lugar seguro.
Remienda mis antenas,
ahítas de tantos sudores.

Protege mi camino,
jalonado está de muchas espinas.
Conviertes el vino en mosto.
Me riegas con vecinos hilíllos,
de tules y marinos.

Calma mi ansia de verdades certeras,
Saetas que van y vienen en un sinfín de arduos pesares.

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