Y SIN EMBARGO, QUÉ?
Unos hablan,
tantos vociferan por las calles.
En lo alto de los balcones,
símbolos y enseñas,
se arguyen diferentes ideologías.
Paraisos por conseguir,
como lluvia temprana,
regando verdes campos
En un eterno retorno,
las miradas atentas del pueblo
observan a sus políticos.
La vida no tira lo suficiente ante promesas,
tantas promesas como escasas soluciones.
El transeúnte mira de soslayo, el comerciante teme,
mientras los economistas están en sus asientos,
cada mendigo sigue ocupando su rincón.
Esperamos,
observamos,
no entendemos,
tememos...
por la vida,
por los intereses,
por la soluciones
y no encontramos
más que contradicciones.
Anhelamos la convivencia,
retomamos los hilos de difícil existencia.
Uno,
varios,
dentro,
fuera de las fronteras.
Qué larga se hace la espera...
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