LA SOLEDAD
La soledad es una dura prueba que todos hemos de pasar en un momento u otro.
Todos nos necesitamos, ansiamos reencontrarnos unos con otros.
Hay soledades impuestas y otras buscadas, en cualquier caso tenemos que reciclarnos para encontrarnos con nosotros mismos. Recoger el testigo de nuestras horas en un quehacer de nuevas ideas, de nuevos contenidos.
La ciudad es muy insana en este aspecto. Aisla a sus moradores porque la prisa siempre es una gran consejera.
Tendemos a desafiar el tiempo con la carrera, dejando de lado el cultivo de las aficiones, de las amistades. El placer de pasear, de crear lo dejamos muy de lado, dejando nuestro sentimiento verdaderamente dañado.
El tumulto de las calles, las oficinas, restan calor a nuestras relaciones personales, dejándonos como meros individuos de paso.
Siempre he reconocido la importancia de la amistad. Es el bálsamo de muchos problemas y, aunque no los solucione, es bien sabido que más vale un buen amigo para conocernos a nosotros mismos.
Pensamiento es este el que me viene a la mente, a raiz del caso del ex Duque de Palma. Dicen que puede deprimirse de soledad. Lo cierto es que podría haberlo pensado antes, más es un duro trago este de la cárcel. Reflexión de este tórrido dia, donde el verano despliega su esplendor.
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