PALABRA, LUZ DE AHORA
Qué buen amor de veras aliado
este logro de ver la sazón de las cosas
en su perfil escrito,
esta fiel compañía de alumbrar
en la palabra nuestra lo más nuestro.
Permite que soñemos una urna
donde guardarnos plenos
en la morosa voz que nos descifra,
desabrido refugio de las horas.
Sálvanos tú, palabra, conciencia conquistada
de una no vana brega, consoladora madre
muy de adentro en la paz
de un vivir que se siente al decirse cumplido.
Madre sabia que abres nuestros ojos al fuego
y que no su ceniza, sino su luz nos muestras,
sálvanos de nosotros, enséñanos a ser
por tu divina gracia cuando ya no seamos.
Luz de ahora, palabra, deshilvanada cesta
que el rubio mimbre eterno nos regalas
de la razón del mundo,
porque en ti vibra entera todavía
esa intacta emoción de la primera aurora,
sálvanos en el jarro sin hechuras del viento,
que en él perdure al menos la fragancia
de este largo derroche, y que en el alba otra,
otros ojos encuentren nuestra aguja enhebrada
en la madeja de su voz,
y que en el hilo frágil de una música antigua
sea luego su voz más firme y clara ( Santa deriva, Vicente Gallego )
este logro de ver la sazón de las cosas
en su perfil escrito,
esta fiel compañía de alumbrar
en la palabra nuestra lo más nuestro.
Permite que soñemos una urna
donde guardarnos plenos
en la morosa voz que nos descifra,
desabrido refugio de las horas.
Sálvanos tú, palabra, conciencia conquistada
de una no vana brega, consoladora madre
muy de adentro en la paz
de un vivir que se siente al decirse cumplido.
Madre sabia que abres nuestros ojos al fuego
y que no su ceniza, sino su luz nos muestras,
sálvanos de nosotros, enséñanos a ser
por tu divina gracia cuando ya no seamos.
Luz de ahora, palabra, deshilvanada cesta
que el rubio mimbre eterno nos regalas
de la razón del mundo,
porque en ti vibra entera todavía
esa intacta emoción de la primera aurora,
sálvanos en el jarro sin hechuras del viento,
que en él perdure al menos la fragancia
de este largo derroche, y que en el alba otra,
otros ojos encuentren nuestra aguja enhebrada
en la madeja de su voz,
y que en el hilo frágil de una música antigua
sea luego su voz más firme y clara ( Santa deriva, Vicente Gallego )
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