STRAPPO





Con el método denominado strappo (algo así como arranque o despegado, en español) tan solo se separa del muro la película pictórica y, en la mayoría de los casos, no se extrae con todo su espesor ya que casi siempre queda en la superficie mural una impronta constituida por el dibujo preparatorio o por una sutil película de color (es lo que pasó en San Baudelio de Berlanga, por eso en sus muros aún se conservan las improntas de las pinturas strappadas).

El strappo es sistema más rápido y sencillo de realizar, de ahí que se generalizara a finales del siglo XIX, pero según relata Mora (1) en su popular libro sobre restauración de pintura mural, presenta varios inconvenientes que hacen que su empleo esté poco extendido en la actualidad.

El principal de los problemas es que cuando la pintura se adhiere sobre un nuevo soporte, tras ser arrancada, tiende a presentar una superficie anormalmente plana y uniforme debida a la pérdida de las pequeñas ondulaciones naturales de la pared, a esto habría que unir la ya mencionada pérdida de película pictórica.

Estos dos factores: pérdida de la preparación del muro y pérdida de materia pictórica, junto con la incorporación de un nuevo soporte en el reverso de la pintura (tradicionalmente de cal y caseína) hacen que varíe el aspecto de la pintura ya que se habrán modificado parámetros tales como la reflexión de la luz, la transparencia, etc.

Normalmente se solía recurrir a este sistema cuando el sustrato de la pintura había perdido su cohesión hasta el punto de ser imposible su consolidación in situ, cuando la adherencia de la película pictórica al sustrato era deficiente o cuando el sustrato era demasiado delgado. Entonces se optaba por salvar la capa de pintura arrancándola a strappo y trasladándola a un nuevo soporte.

El strappo presenta la ventaja de ser un método directo que permite la separación de grandes superficies en una sola pieza y también demostró su utilidad a la hora de arrancar pinturas de superficies curvas como bóvedas o cúpulas, además la aparente sencillez del método y su bajo coste hace que este fuera el método idóneo para el expolio de murales por parte de los amigos de lo ajeno.

Ya hemos comentado en alguna ocasión, que la mayoría de las pinturas murales presentan cierta solubilidad al agua, como en el proceso de arranque tradicional se aplicaba un adhesivo acuoso, antes se debía de insolubilizar la superficie pictórica mediante la aplicación de una resina, un polímero acrílico en solución. Aunque una alternativa puede ser realizar el strappo utilizando un adhesivo sintético.

El sistema para realizar un strappo consiste en aplicar una o varias capas de gasa de tela (tarlatana de algodón) pegadas al muro con un adhesivo (cola orgánica generalmente) que al secar tiene la suficiente fuerza como para llevarse la pintura cuando se tire de la gasa. La elección del una tela y un adhesivo adecuados determinarán en gran medida el éxito del arranque. Si el adhesivo no tiene la suficiente fuerza o no penetra lo suficiente en la película pictórica es probable que parte de esta permanezca en el muro.

La pintura una vez arrancada se suele enrollar para facilitar su transporte. El paso final, como en los otros sistemas de arranque, consiste en limpiar el reverso de la pintura para colocarla en un nuevo soporte, en ese momento es cuando se puede retirar la gasa de protección reversibilizando el adhesivo con humedad.

Aunque el empleo del strappo en la actualidad es escaso, existen ejemplos de su empleo, normalmente empleando adhesivos sintéticos (se pueden ver fotos de este tipo de procesos aquí, casos 2 y 3 del apartado mural) además en los últimos años se ha desarrollado una interesante alternativa a este tipo de arranques mediante el empleo de resinas epoxi (2).

(1) MORA, Paolo; MORA, Laura S. y PHILIPPOT, Paul. Conservation of wall paintings. Butterworths, 1984. Londres.

(2) BARBERO, Juan C. Una alternativa a los arranques tradicionales de pintura mural.2005. Aguilar de Campoo

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